miércoles, 29 de diciembre de 2010

Zhàn Shì III




III.Bajo la cascada sombría

Se observaron el uno al otro desde los pequeños montículos de roca, sus ropajes habían cambiado, ambos portaban prendas de tono celeste, como el del lago frente al cual se encontraban, a pesar de su lejanía eran capaces de distinguir las facciones tan soñadas del otro. Entonces Liu Xiao saltó hasta el agua siendo seguido rápidamente por Fei Xue que nadó hasta alcanzar el cuerpo tan empapado como el suyo propio, pero no se tocaron, tan solo permanecieron mirándose a los ojos mientras sus manos se deshacían de los hanfu empapados revelando poco a poco las sedosas pieles blancas que había debajo y que protegían magistralmente sus músculos fuertes que en aquel preciso instante, por primera vez en mucho tiempo, se hallaban relajados.

Sus miradas que no se había separado lo hicieron durante apenas un instante, que pareció una eternidad, cuando observaron en rededor para arrojar la ropa hacia la orilla, después, más tranquilos, nadaron en consonancia sin hablar siquiera, pero realmente no hacían falta las palabras, en esa ocasión ni las armas eran necesarias, tan solo sus ojos expresaban la verdad de sus corazones. Poco a poco se acercaron de nuevo fijándose en las perladas gotas brillantes de pura agua cristalina que escurrían por la piel del otro haciendo que esta resplandeciera, o al menos así lo creyó Xiao viendo el hermoso cuerpo de su contrincante con una sonrisa y algo de vergüenza mientras Xue agachaba la cabeza con las mejillas tintadas de carmín, con la espada podía enfrentar casi cualquier cosa, pero sin ella la timidez ganaba la batalla.

Extendieron sus dedos que rodaron por sus cuerpos esbeltos y fuertes reconociéndose por primera vez, la primera vez de muchas. Por fin Xiao pudo ver la sonrisa de Xue cuando su delicada cabeza se apoyó en su hombro descansando, haciendo que sus cabellos se mezclaran por completo convirtiéndolos en un poderoso río de pelo azabache, él rodeó con sus brazos fuertes el cuerpo delgado de Fei Xue acercándolo más hacia sí y apoyó su barbilla sobre su frente esbozando, también, una dulce sonrisa, por primera vez en mucho tiempo estaba en paz, no solo consigo mismo, sino con el mundo en general.

Al cabo de un rato notó los traviesos dedos recorrer las cicatrices de su espalda, como si reconocieran un nuevo territorio pero aquello, que en cualquier otra circunstancia le habría molestado terriblemente, en aquel momento tan solo le relajó provocándole un suspiro, y haciendo que se permitiera bajar la guardia por completo comenzando a acariciar los mechones lisos y empapados de Xue preguntándose cómo era capaz de conservar aquel delicioso aroma floral aún después de haberse mojado, a su vez Fei deseaba hallar el valor para inquirir a Xiao a cerca de las cicatrices que poblaban toda su espalda y cintura, pero una parte de sí le indicó que no debía hacerlo y tan solo continuó con su masaje sintiendo como el sueño le vencía con lentitud consiguiendo que se durmiera en los brazos de Liu.

Xiao le acunó con dulzura, besando su frente con levedad para no molestarle o despertarle, sin embargo, no lo consiguió pues al cabo de unos pocos momentos los ojos violáceos se abrieron de nuevo encontrándose con sus pupilas ambarinas, y supieron que era el momento adecuado.

Bajo la cascada sombría sus labios sedientos de amor por fin se encontraron.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Zhàn Shì II





II.Sobre la pradera de las altas hierbas

Fei Xue dejaba que sus largas vestiduras se mecieran al compás de la brisa junto con las espigas que se hallaban tumbadas pues casi era tiempo de cosecha, pero nada de aquello importaba, tan solo esperaba su llegada. Bajó la cabeza aguzando el oído y notando como su flequillo, que últimamente había crecido más de lo debido, tapaba sus ojos, con un gesto de hastío se retiró los mechones oscuros de la frente y en ese preciso instante pudo observar la figura blanca que ascendía por el camino.



Se detuvo a unos pocos pasos de su posición sabiendo que llegaba tarde a su encuentro pero pronto el dato perdió interés cuando miró sus pupilas, el anhelo brillaba en aquellos ojos ambarinos le dejo sin aliento aunque una mueca de calma en sus labios finos contradecía el sentimiento de impaciencia que la mirada transmitía. Respiró tratando de tranquilizarse pero no tocó su espada manteniendo las manos cerca por si acaso, aguardando al próximo movimiento de su enemigo, cuando este desenvainó pronto le imitó preparándose para el golpe, su intención no era otra que la de vencer en aquel encuentro y para eso debía mostrar tranquilidad y aguardar a que el oponente revelara su estrategia, aun así atacó primero pues la impaciencia era su mayor debilidad, corrió con rapidez por entre la hierba sin permitir que esta molestara a sus largas zancadas, después saltó acrobáticamente dando una vuelta en el aire para imprimir mayor potencia a su golpe, sin embargo cuando alcanzó el filo de la espada contraria su contrincante simplemente giró la muñeca provocando que la fuerza del embate obrara en su favor al hacerle caer de espaldas, pero para su sorpresa su adversario no se aprovechó de la ventaja sino que dejó que levantara esperando tranquilamente con la espada en ristre.

Cuando se irguió de un brinco apenas tuvo tiempo parar la dura estocada pero consiguió contraatacar con igual firmeza, como la vez anterior podrían haber pasado una eternidad luchando, sin embargo esa vez Fei Xue había mejorado su estilo y pudo aguantar mejor los embates de Liu Xiao que finalmente y pese a sus esfuerzos le arrebató el arma igual que la última vez, pero no dejó que el combate terminara así, sino que rotó en el aire consiguiendo alcanzar de nuevo la espada al apoyar las manos sobre la empuñadura, de nuevo tuvo que desviar un golpe que podría haber sido mortal, y esta vez imitó a su adversario cuando usó su fuerza en su contra provocando que la larga hoja de empuñadura nacarada escapara de entre los dedos de Liu Xiao consiguiendo una mirada sorprendida del dueño de la misma cuando notó el filo de su sable en el cuello.

Entonces esbozó una sonrisa victoriosa que se reflejó en sus hermosos ojos violáceos, a continuación retiró el arma introduciéndola en su funda y acercándose al otro como este había hecho en su primer combate solo que en vez de rozar sus labios simplemente acarició su mejilla con su mano de largos dedos pálidos. A su alrededor el viento comenzó a soplar con fuerza agitando a la vez sus largos mechones que se entrelazaron levemente a la vez que el aroma a bosque de su apuesto contrincante inundaba sus fosas nasales y durante apenas un segundo deseó recostar su cabeza en aquellos hombros poderosos, pero no era el momento así que simplemente se volvió abandonando el lugar con una mirada triste a pesar de que sabía que la próxima vez sería la adecuada, tan solo entonces recordó que aún no le había dicho su nombre.
-Pregunta por Fei Xue y podrás encontrarme.-

jueves, 23 de diciembre de 2010

Zhàn Shì I




I. En el bosque silencioso de bambú


Liu Xiao observaba a su alrededor con sus ojos gatunos y rasgados esperando que un solo movimiento delatara la posición de su atacante, nada de lo que ocurría entre las cañas escapaba a su control mientras el viento revolvía sus cabellos largos y lisos que libres del moño se mostraban en toda su plenitud rodeando su rostro. Su cuerpo esbelto parecía en reposo, sin embargo todos y cada uno de sus músculos estaban en tensión bajo la suave tela blanca de su hanfu, las mangas largas cubrían sus manos casi tapando los dedos por completo y de esa forma podía ocultar el gesto mediante el cual mantenía asida la empuñadura de su espada, no tardó mucho en ocurrir lo que esperaba, o tal vez sí, pero realmente no se dio cuenta pues solo prestaba atención al salvaje entorno que le rodeaba. De pronto, de entre el exuberante verdor de la naturaleza una sombra negra prácticamente voló hasta su posición pues sus pies apenas si rozaron el borde de las altas cañas cuando corrió sobre el aire para encontrarse con el filo de su espada.

Liu Xiao detuvo el golpe con gran habilidad, aunque la de su oponente no quedaba atrás, observó la figura menuda del atacante con un brillo que sus pupilas ambarinas no habían tenido en mucho tiempo, movió los pies en un gesto circular enviando a su contrincante contra las cañas saltando a su vez para no darle tregua, el mayor interés de Xiao estaba concentrado en descubrir la identidad de aquel, pero cuanto más se esforzaban más descubrían la igualdad de sus fuerzas, podrían haber pasado toda la vida peleando sin embargo ninguno tenía tanto tiempo. Finalmente el misterioso atacante cometió un error al no medir la distancia que tenía para retroceder a los fuertes embates por lo que cuando trató de dar un nuevo paso su espalda chocó contra el bambú y su espada voló de entre sus dedos hasta clavarse a varios metros completamente fuera de su alcance.

Cuando la mano de Xiao retiró la máscara que cubría la cara de su atacante no pudo menos que sorprenderse, era el ser más hermoso que había visto en toda su vida, el cabello era más corto que el suyo pero igual de oscuro, sus ojos grandes reflejaban serenidad y valor, tal como su espada había demostrado, mientras que sus labios carnosos eran portadores de un gesto embriagante , entonces se acercó hasta casi rozarlos disfrutando del delicado aroma a lirios que el cuerpo desprendía, luego se volvió dejando que sus mechones rozaran la piel blanca y envainó su espada.
- Cuando llegue el momento busca a Liu Xiao.-

Mientras caminaba por entre el bambú sonrió sabiendo que al cruzar sus aceros habían averiguado más del otro de lo que podrían saber tras una conversación, desde que el filo de su jian se había cruzado con el de su oponente había sabido que su intención no era malvada, pero en ese instante solo deseaba volver a mirar aquellos ojos de bellos tonos violáceos.

domingo, 19 de diciembre de 2010




El viento borra las huellas de la arena
Sopla con fuerza eliminando tu rastro
Eliminando cualquier vestigio de ti
Haciendo que me pregunte si en efecto,
Alguna vez estuviste a mi lado

Cerrando los ojos aun puedo sentirlo
Sentir tus labios en mi mejilla
Tan cálidos y puros que parecen un sueño
Un sueño que tras tu marcha no florece
Un sueño que se ha convertido en pesadilla

El viento mueve las olas y estas inundan la playa
Como una vez inundaste mi cara con lágrimas
Me doy cuenta de que eso jamás ocurrirá
Y a pesar de que lo he aceptado aún duele
Duele mucho más de lo que había creído

Porque a pesar de que lo sabía
A pesar de que sabía que todo acabaría así
Me duele creer que pude cambiar las cosas
Pero sé que no es así, no todo se puede cambiar
Nada tan nimio como el dolor que me corroe

El viento ahora es tranquilo y me acaricia
Mientras la tranquilidad me invade
Y suspiro sabiendo quizás, que a pesar de todo
Las cosas no han acabado tan mal
Que a pesar de todo, aun te quiero

sábado, 18 de diciembre de 2010

La Sombra de un Sueño

Bueno ahora si que hace realmente una eternidad que no publicaba nada, pero después de una sequía inspiracional que parecía no tener fin, ¡plop! Hoy se me ha encendido la bombillina y aquí estoy. Espero que os guste.







Desde el balcón veo cómo te alejas,
tu frágil figura se recorta entre los árboles,
cierro los ojos e imagino que tus brazos aún me rodean,
detrás en la habitación, todo me recuerda a ti.


Si oculto las heridas tu tambien desaparecerás,
y no quiero que eso ocurra,
aguantaré cualquier dolor si tu imagen sigue conmigo,
si tu olor permanece a mi lado para siempre.


Sueño que tus labios rozan los míos,
pero al abrir los ojos te desvaneces de nuevo,
estoy solo otra vez, tal vez esperando que te des la vuelta,
pero hace mucho que tu sombra se extinguió.


Puedo recordar aquel día,
envuelto en la neblina dorada de un sueño,
en que tu sonrisa iluminó mi corazón curando mis heridas
pero ahora has dejado una mucho más dolorosa.


Y sonrío tocando mi pecho vacío,
ya nada late, ha desaparecido junto a ti,
pero quiero que duela, que el dolor me rompa por completo,
porque si duele, es que no fuiste un sueño.


Lluna