domingo, 26 de diciembre de 2010

Zhàn Shì II





II.Sobre la pradera de las altas hierbas

Fei Xue dejaba que sus largas vestiduras se mecieran al compás de la brisa junto con las espigas que se hallaban tumbadas pues casi era tiempo de cosecha, pero nada de aquello importaba, tan solo esperaba su llegada. Bajó la cabeza aguzando el oído y notando como su flequillo, que últimamente había crecido más de lo debido, tapaba sus ojos, con un gesto de hastío se retiró los mechones oscuros de la frente y en ese preciso instante pudo observar la figura blanca que ascendía por el camino.



Se detuvo a unos pocos pasos de su posición sabiendo que llegaba tarde a su encuentro pero pronto el dato perdió interés cuando miró sus pupilas, el anhelo brillaba en aquellos ojos ambarinos le dejo sin aliento aunque una mueca de calma en sus labios finos contradecía el sentimiento de impaciencia que la mirada transmitía. Respiró tratando de tranquilizarse pero no tocó su espada manteniendo las manos cerca por si acaso, aguardando al próximo movimiento de su enemigo, cuando este desenvainó pronto le imitó preparándose para el golpe, su intención no era otra que la de vencer en aquel encuentro y para eso debía mostrar tranquilidad y aguardar a que el oponente revelara su estrategia, aun así atacó primero pues la impaciencia era su mayor debilidad, corrió con rapidez por entre la hierba sin permitir que esta molestara a sus largas zancadas, después saltó acrobáticamente dando una vuelta en el aire para imprimir mayor potencia a su golpe, sin embargo cuando alcanzó el filo de la espada contraria su contrincante simplemente giró la muñeca provocando que la fuerza del embate obrara en su favor al hacerle caer de espaldas, pero para su sorpresa su adversario no se aprovechó de la ventaja sino que dejó que levantara esperando tranquilamente con la espada en ristre.

Cuando se irguió de un brinco apenas tuvo tiempo parar la dura estocada pero consiguió contraatacar con igual firmeza, como la vez anterior podrían haber pasado una eternidad luchando, sin embargo esa vez Fei Xue había mejorado su estilo y pudo aguantar mejor los embates de Liu Xiao que finalmente y pese a sus esfuerzos le arrebató el arma igual que la última vez, pero no dejó que el combate terminara así, sino que rotó en el aire consiguiendo alcanzar de nuevo la espada al apoyar las manos sobre la empuñadura, de nuevo tuvo que desviar un golpe que podría haber sido mortal, y esta vez imitó a su adversario cuando usó su fuerza en su contra provocando que la larga hoja de empuñadura nacarada escapara de entre los dedos de Liu Xiao consiguiendo una mirada sorprendida del dueño de la misma cuando notó el filo de su sable en el cuello.

Entonces esbozó una sonrisa victoriosa que se reflejó en sus hermosos ojos violáceos, a continuación retiró el arma introduciéndola en su funda y acercándose al otro como este había hecho en su primer combate solo que en vez de rozar sus labios simplemente acarició su mejilla con su mano de largos dedos pálidos. A su alrededor el viento comenzó a soplar con fuerza agitando a la vez sus largos mechones que se entrelazaron levemente a la vez que el aroma a bosque de su apuesto contrincante inundaba sus fosas nasales y durante apenas un segundo deseó recostar su cabeza en aquellos hombros poderosos, pero no era el momento así que simplemente se volvió abandonando el lugar con una mirada triste a pesar de que sabía que la próxima vez sería la adecuada, tan solo entonces recordó que aún no le había dicho su nombre.
-Pregunta por Fei Xue y podrás encontrarme.-