miércoles, 26 de agosto de 2009

Riaño Vive

Introducción: El Progreso y el Medio Ambiente

En ocasiones los grandes proyectos de recalificación urbanística o las grandes empresas de energía eléctrica y gas natural se realizan sin el consentimiento de los ocupantes del lugar o pueblo en aras del progreso o la solidaridad colectiva.

La palabra progreso se refiere a las ciencias que permiten la mejora de las condiciones de vida de los seres humanos, condiciones que obviamente no mejoran en el caso de la construcción de plantas tecnológicas, líneas de alta tensión y pantanos en los pueblos o lugares habitados por dichas personas que sufren en sus carnes el “progreso” que tanto nos “beneficia” a todos.

En muchas ocasiones ni siquiera se contemplan las peticiones de los habitantes de los pueblos que no tienen ni voz ni voto y que ven como sus casas y recuerdos quedan destruidos para el beneficio de unos pocos.

¿Acaso se le puede llamar progreso a la destrucción de la vida de la gente?

¿O solidaridad a que algunos se aprovechen de la debilidad o recursos de otros?

2. Riaño, problema de ayer y de hoy

Riaño es un municipio de la provincia de León, Región leonesa, situado al noreste de la misma, a los pies de la Cordillera Cantábrica cerca de los Picos de Europa, a 1.148 m de altitud. Se encuentra a 91 km de la capital provincial y cuenta con una población de 539 habitantes (INE 2005), conocidos por el gentilicio de riañeses, con una extensión de 85,08 km². Densidad: 6,33 hab/km².

Se localiza en una comarca de grandes valores naturales y paisajísticos. Esta zona fue declarada por la Junta de Castilla y León, Parque Regional por haberse conservado en ella "ecosistemas propios de la región eurosiberiana, que tiene como expresión más significativa extensas áreas de bosque atlántico caracterizadas por robledales y hayedos, con unas poblaciones de fauna entre las que destacan el oso pardo y el urogallo".

En 1987 Riaño el Viejo fue anegado junto a otros ocho pueblos Anciles, Burón (parcialmente), Escaro, Huelde, Pedrosa del Rey, La Puerta, Salio y Vegacerneja (parcialmente) por la construcción del embalse que con 651 hm3 de capacidad es el mayor embalse de la Cuenca del Duero y de la cordillera cantábrica.

El valle de Riaño, en el que confluyen los ríos Esla, Yuso y Retuerto, fue sepultado por las aguas en 1987, bajo el gobierno de Felipe González siendo ministro responsable Javier Sáenz de Cosculluela, algo sorprendente dado que el anterior proyecto del pantano fue realizado bajo la dirección de Francisco Franco y sus ministros Tomás Allende y Muñoz Silva.

La construcción del pantano dio lugar a numerosas movilizaciones populares, enfrentamientos con las fuerzas del orden e incluso suicidios. Los vecinos fueron desalojados por la fuerza dado que se negaban a abandonar sus casas atrincherándose en los tejados de las mismas.

El nuevo "Riaño" fue reedificado en la cima de la montaña. Las compensaciones tan anunciadas entonces en forma de nuevas tierras de regadíos en la provincia de León a cuenta del agua del pantano no han sido hasta el momento cumplidas.

El vaso del pantano tiene forma de Y, y cubre el que en otro tiempo fue el valle fluvial de Riaño, y el desfiladero Bachende-Huelde que es responsable de la formación de un valle muy amplio, que alcanzaba en algunos lugares de 1000 m de ancho, donde se asentaban extensos prados con los que alimentar a la abundante cabaña ganadera del valle.

El cierre supuso un duro golpe no solo para los habitantes de la zona, sino para las comunicaciones de la montaña leonesa ya que los 9 pueblos suponían una extensa red que permitía el acceso a los lugares más alejados de nuestra montaña.

3. Datos Técnicos

El embalse situado en el término municipal de Crémenes es propiedad del Estado (Confederación Hidrográfica del Duero) y su año de puesta en servicio fue 1988.

Es una presa de bóveda de doble curvatura y contorno asimétrico y tiene una altura de 100,6 metros sobre los cimientos y 89,91 metros sobre el cauce del rio. También tiene un espesor de coronación de 4,20 metros y una cota de coronación de 1.102,60 metros sobre el nivel del mar, así mismo su longitud de coronación y de galerías son de 337 metros y 1,328 metros respectivamente. Fueron utilizados 245,000 metros cúbicos de hormigón para su construcción y consta de dos desagües, y dos aliviaderos.

La capacidad máxima de sus desagües son 877 metros cúbicos por segundo.

Su proyectista fue Rafael López González y las empresas constructoras fueron Coviles y Dumez.

4. Riaño, lanza tus penas al viento

Tras más de veinte años con la amenaza del pantano pesando sobre sus cabezas, los vecinos de los nueve pueblos asistieron impotentes a la despoblación de su comarca producida por el siempre omnipresente “embalse de Riaño”, por no mencionar el hecho ya citado más arriba de que todas las comunicaciones anteriores se encuentran sepultadas e inservibles trastocando la red de enlaces y haciendo a Riaño más lejano a la capital y las instituciones ya que durante varios años no se hicieron los accesos por carretera. No solo la despoblación debe indignarnos por el empobrecimiento que provoca, sino también la evidente perdida cultural producida por la desaparición de estos pueblos, que si bien no es tan inmediata para sus habitantes como la pérdida de las casas produce una pérdida irreparable de las costumbres y tradiciones ancestrales de la montaña de León y del propio León.

Muchos creen que después de cerrado el pantano y tras veinte años las viejas heridas abiertas por los golpes de los guardias y la demolición de las casas, heridas no solo físicas, heridas llamadas humillación e impotencia, ya se han cerrado, sin embargo observando el nuevo y “mejor” Riaño nos damos cuenta de que no es así, las heridas no pueden cerrarse cuando dia tras dia al caminar por el pueblo se ve cerca, muy cerca, el pantano bajo el cual están sepultados los recuerdos, los amigos y muchos de los sueños que alguna vez tuvieron estas gentes, gentes que ven como sus sospechas se realizan y muchos “benevolentes” empresarios ordeñan a la montaña leonesa en forma de kilowatios embolsándose el dinero del anteproyecto, proyecto y las comisiones que de ello se extrae lo que crea una gran sensación de abandono al ver como unos encuentran pringues beneficiosos mientras ellos se quedan peor de lo que estaban.

Pero lo realmente indignante es ver como 20 años después no se ha cumplido ni uno de los objetivos empleados para justificar tal desmesura. A día de hoy se riegan escasamente 10.000 hectáreas en el Canal alto de los Payuelos mientras se riegan campos de golf en otras provincias y se realiza el trasvase de 6 litros/segundo durante seis meses al año a la vez que las tierras de León y Zamora que en teoría eran las beneficiarias de la construcción de dicho pantano, que ayudaría a mejorar su productividad, continúan sin regar.

Pero, ¿realmente el embalse de Riaño se construyó para regar León y Zamora?

Nos hacemos esta pregunta ya que posteriormente se desechó la idea de construir otro embalse, mucho menor, en la zona de Vidrieros en Palencia por su gran impacto ambiental, lo que provoco la construcción del trasvase que suministra agua a los ríos Carrión y Pisuerga.

Sin duda el impacto ambiental es inadmisible, no obstante no parece tan inadmisible desde el momento en que ignorando dicho impacto por no hablar de las protestas y recursos judiciales se construye el pantano de Riaño.

Sorprendentes son también las tan sonadas y famosa indemnizaciones que tanto han ayudado a los riañeses. Fueron pagadas en el los años sesenta y setenta en función de unas tasaciones realizadas en los años sesenta, es decir se pagaron en función del valor estimado diez y veinte años antes, y dado que en los años sesenta y ochenta la inflación era muy alta, de más del 10% anual, llegando en ocasiones incluso al 26%, en muchos casos con el dinero que recibieron prácticamente no tuvieron ni para comprar una nueva casa ya que, contrariamente a lo hubiera sido justo no se actualizaron las tasaciones en función de la inflación.

También se afirma que se indemnizó a dos generaciones, a pesar de que los afectados por el pantano son más de los comprendidos tan solo en dos generaciones, primero a la de la tasación de los sesenta, y más tarde a sus hijos, pero ¿puede una indemnización por grande que sea (que no es el caso) compensar a alguien por perder sus raíces y por el daño moral que eso provoca?

¿Puede alguien comprarte el derecho de visitar a tus seres queridos en su descanso? ¿O puede alguien reparar la pérdida de tus sueños en la tierra a la que quieres?

Sin duda por mucho dinero que se pague nadie tiene derecho a arrebatar las ilusiones o las ganas de vivir a personas que con toda la vida por delante se suicidaron para no ver sus casas caer, sus sueños romperse y su pueblo morir.

Tampoco nadie tiene derecho a arrebatar el derecho a tus hijos de ver la casa donde su padre, su madre o incluso sus hermanos nacieron, que en plena adolescencia cuando sientan curiosidad, como cualquier chico o chica de su edad, por ver la casa de sus abuelos solo puedan mirar al pantano sabiendo que allí está la casa o lo que queda de ella carcomida y rota bajo las voraces aguas del pantano.

Cuando en aquellos años se produjo un incendio en un camping de Tarragona, la administración envió equipos de ayuda para hacer más llevadero el trauma.

Por la misma época se realizó el pantano de Riaño con las consecuencias ya sabidas, sin embargo la administración no pareció tener nunca interés en los posibles traumas que pudieran tener las gentes de los nueve pueblos que fueron dejadas a su suerte ante las máquinas de demolición y los operarios del MOPU.

No se quiere decir que esto hubiera servido para enmendar todo lo que ocurría, pero al menos hubiera tenido la consideración de humanidad que todo proceso traumático de este tipo aconseja.

5. Riaño, se quiebra tu voz

Al ritmo de la popular canción y en especial de esta frase que tristemente reflejó la realidad del momento me veo en la obligación de hablar de las vivencias de un riañés más, que tras muchos años se ha armado de valor para escribirlas en internet:

“Quise pasar la Nochevieja de 1998 en la Montaña, mi destino debía de haber sido Larío, pero la nevada fue más terca que yo y me entregó, cinco horas antes de que acabase el año, un poco más abajo, en Riaño, el nuevo, el improvisado[…][…] Agoté 1998 por la calles y bares de Riaño. Tomé cervezas con Manolo Cachirolo y muchos más. Y entonces pregunté por Pedro, el de la máquina quitanieves, de Pedrosa del Rey. Y se miraron entre ellos en silencio, porque yo no lo sabía. Pedro se suicidó hace unos meses, se ahorcó desde el viaducto, y tan larga era la soga que se ató al cuello que su cuerpo, ante el impacto de la caída de más de treinta metros, se separó de la cabeza; nunca la encontraron […]

Sin duda este relato es uno de los más famosos aunque no tanto como el de Simón Pardo del Molino más conocido por todos como “Moles” que se pegó un tiro con su escopeta de caza durante la noche antes de que las máquinas derribaran su casa.

Por eso es indignante que en aquel momento el señor ministro dijera con una sonrisa por la “tele” que en Riaño no se había producido ni un rasguño, pero también es comprensible que la gente del resto de España y si nos apuras del resto de León no hiciera nada al verse sin dicha información, pero lo que realmente duele es que tras tantos años siga habiendo personas que afirmen que «en Riaño no hubo ni un rasguño, se sacó a la gente a la silla de la reina» citando las palabras literales que Sáez de Cosculluela pronunció en su rueda de prensa en TVE.

Estas palabras que entonces provocaron indignación aún hoy abren las viejas heridas, no solo por Moles, sino también por Pedro y Carmen Martínez Sopeña, que perdió la visión completa de un ojo, y tantos otros heridos en aquellos incidentes.

Es una vieja guerra que todavía está en los corazones de la gente que jamás pensó que la citada obra franquista se fuera a realizar por fin mermando a la montaña leonesa.

6. Conclusión

Tras exponer los hechos y presentar los juicios morales me dispongo a terminar este trabajo expresando mi reflexión ética.

Sin duda y tras leer el resto del texto se puede observar que no estoy totalmente de acuerdo con la construcción del pantano porque ¿quién puede estar de acuerdo en la explotación de las tierras a costa de sus habitantes?

Porque ha sido y así es, desde la construcción de este embalse asesino, porque asesinó los sueños, las esperanzas y hasta las vidas de nueve pueblos inocentes que durante muchos años sufrieron los duros embates del tiempo para acabar finalmente vencidos por la compensación a la entonces llamada Iberduero por parte del gobierno ante la suspensión del proyecto de la planta nuclear de Lemóniz en Vizcaya, vencida por la codicia y la incompetencia de unos mandatarios que con una moral un tanto discutible se permitieron el “derecho” de vender sus pueblos.

Respeto profundamente la moralidad de otras personas, pues como todos sabemos los seres humanos nos distinguimos de los animales por ser libres y tener moral, lo cual produce dicho respeto no obstante, ¿qué clase de pensamiento ético permitiría semejante comportamiento por parte de las fuerzas del orden?¿O el sistemático acoso previo que sufrieron esas gentes?

Pero es peor que eso aún la absoluta pasividad del resto de personas e incluso riañeses que se encontraban fuera, aún así sin duda se hizo por parte de las autoridades pertinentes un excelente trabajo de desinformación, de veras felicidades, el resto del país no tuvo apenas conocimiento de el “cariñoso y amable” trato recibido en el valle de mano de las fuerzas antidisturbios que para que engañarnos justificaron sus acciones bajo el tan famoso lema que siempre justifica abusos de “cumplíamos órdenes”, realmente el uso de esta frase no les exime de su culpa pero nos hace ver que los verdaderos autores fueron los que dieron esas órdenes.

¿Qué ética puede haber, independientemente de las opiniones políticas, en dañar de esa manera a tantas personas que no fueron tratadas humanamente, pues fueron despojadas de su dignidad y todos sabemos también que la dignidad es otra de las cualidades que distinguen a las personas de los animales?

Pero, ¿qué se puede esperar cuando a dia de hoy aún se quiere destrozar lo poco que queda por todos los medios posibles? ¿Qué se puede esperar de la administración del Estado que cuando mide usa dos varas de medir?

Sin duda los realizadores tuvieron importantes razones éticas respaldadas por profundas convicciones morales pero por más que se buscan y se da la vuelta al asunto es imposible descubrirlas.

Es bastante complicado expresar una reflexión ética sobre este tema y al comenzarlo tampoco sabía mucho sobre él, pero al ir viéndolo me he dado cuenta de que lo que se hizo en Riaño, Anciles, Burón, Escaro, Huelde, Pedrosa del Rey, La Puerta, Salio y Vegacerneja no es para nada un comportamiento ni ético ni moral.

A pesar de todo una cosa me ha quedado muy clara haciendo este trabajo:

Riaño vive

1 comentario:

  1. Efectivamente, Riaño sigue vivo y seguirá para todos los que conocimos cómo era.
    El progreso es a veces un asco

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