domingo, 18 de octubre de 2009

Artículo 03





Curiosas, son las vueltas que da la vida, curiosa es también la forma en que algunos tienden a ver el mundo, puesto que la verdad es comprobable aunque menos espectacular que la difamación. Sin duda el pasado marca el presente, sin embargo lo que nuestros padres fueron no define lo que somos, son nuestras elecciones las que nos marcan como personas, por eso pido y exijo a todos aquellos que presumen del sufrimiento de sus antepasados, que recuerden que ese mismo sufrimiento no les avala para denigrar a otros.
El nazismo como todos los adultos capaces saben, es condenable y condenado, puesto que responde a un totalitarismo incapaz de considerar ni al individuo ni a la cultura, sus prácticas son tan deplorables como las de cualquier régimen autocrático, sean sus colores cuales sean, incluyendo a ese movimiento de acoso y derribo más propio del Medievo que de tiempos “civilizados” como los que vivimos y que estamos sufriendo.
Me avergüenza profundamente que entre nosotros continúen seres como los mencionados anteriormente, que se escudan bajo el tan conocido lema de los represaliados para emplear los mismos métodos que los impulsores de dichas represalias, con esto no deseo menospreciar a las auténticas víctimas, pero si dejo claro que desde el momento en que se usa la desgracia pasada como arma política, no se valora en absoluto.
Es terriblemente sorprendente cómo en ocasiones se retoman las viejas costumbres de ataque, emulando a aquellos a los que deberíamos despreciar, puesto que no hay un comportamiento más nazi, más discriminativo que el de perseguir a aquellos que defienden su cultura, su tradición, y su forma de vida, tal y como pueden atestiguar todos los judíos, homosexuales, gitanos, comunistas, republicanos y disidentes que fueron perseguidos y torturados por sus ideales y costumbres.
¿¿Tal vez deberían repasar los papeles??

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